MOVIMIENTOS DE CAMARA
La regla de oro para cualquier movimiento de cámara es que pase desapercibido. El operador de cámara debe procurar que cualquier movimiento de la cámara sea suave e uniforme. El uso de una técnica deficiente en el desplazamiento de la cámara puede ser lo que más distraiga al espectador.
Para evitar defectos, la cabeza giratoria del trípode debe estar bien ajustada. Hay que asegurarse de que la cámara está equilibrada y que los tornillos de ajuste de los mecanismos de panorámica (horizontal y vertical) han sido comprobados.
Panorámica.
Por panorámica entendemos el giro horizontal de la cabeza de la cámara. También podemos hablar de panorámica vertical o “tilt”.
La panorámica debe iniciarse siempre con un plano fijo. Ha de ser uniforme y suave; debe desarrollar un movimiento regular a lo largo de toda su trayectoria y debe terminar a la misma velocidad a la que comenzó.
En general, casi todos los movimientos de cámara se deben iniciar y terminar con un plano fijo. Ocasionalmente se llevan a cabo cortes de una cámara en movimiento a otra también en acción, pero cuando se hace es en busca de determinados efectos. En las tomas habituales hay que empezar y terminar con un plano fijo.
El actor en movimiento.
A veces el operador de cámara tiene que encuadrar a un actor muy gesticulante y animado, en plano medio corto. Siempre que sea posible, se debe resistir la tentación de realizar una panorámica a cada movimiento que lleva a cabo el actor. Hay que permitirle que se mueva dentro del encuadre, incluso aunque tales movimientos le conduzcan al extremo del cuadro. En todo caso, para este tipo de situaciones es más adecuado el plano medio largo que el corto.
De un objeto a otro objeto.
Al realizar una panorámica de un objeto a otro, denota mala técnica sobrepasar el nuevo objeto y a continuación invertir el movimiento para obtener el plano deseado. Esto no tienen por qué suceder si el movimiento se realiza correctamente. Lo ideal es ensayar, repitiéndolo una y otra vez hasta que no se aprecie ninguna irregularidad. Cuando se realiza una panorámica entre dos personas hay que tener en cuenta la diferencia de altura entre las mismas. Esta circunstancia obligará a realizar simultáneamente una panorámica horizontal y vertical. Ambas operaciones se combinan con el fin de conseguir una progresión en diagonal de un plano a otro. Si además ambas persona no están equidistantes a la cámara, hay que ajustar foco en el transcurso de la panorámica de una persona a otra. La panorámica se malogrará si el foco se ajusta antes o después de tiempo. El secreto para hacerlo bien está en imaginar la trayectoria de la panorámica con los ojos del espectador, ajustando el foco a medida que su interés se transfiere de la primera persona a la segunda.
Panorámica de larga duración.
La dificultad de realizar una panorámica con suavidad aumenta cuando la trayectoria es de 90 grados. A veces la velocidad de la panorámica impide al operador mover el cuerpo o los pies. Lo ideal es que, una vez encuadrado correctamente el plano de inicio, se coloque para el final de la panorámica, procurando mientras tanto no entorpecer a la cámara. Aunque desde la nueva posición no vea el visor, tendrá la certeza de que el plano está bien encuadrado. A medida que la panorámica avanza, el control sobre la cámara es mayor, con lo cual el encuadre final se convierte en una maniobra sencilla. Si se realiza una panorámica sobre un actor en movimiento, se debe sincronizar ésta con la acción llevada a cabo por el actor. Es conveniente situarlo aproximadamente en el centro del encuadre, pero dejando algo más de aire por delante que por detrás. La panorámica habrá de terminar en el momento en que el actor se detenga. Si el actor se desplaza a través de la escena para unirse a otra persona, se debe acelerar la panorámica hacia el final del recorrido con el fin de incluir al nuevo personaje.
Escenas fijas.
A veces es necesario hacer una panorámica sobre escenas fijas tales como una fotografía, unos rótulos, etc. Aunque en estos casos carece de importancia el sentido de la panorámica, lo mejor es hacerlo de izquierda a derecha. Nuestros ojos se acomodan mejor a los movimientos en esta dirección, ya que en el mundo occidental leemos de izquierda a derecha.
El barrido.
El barrido es una panorámica muy rápida, desde un plano fijo a otro, de tal forma que los detalles de la escena se diluyan en el transcurso del movimiento a causa de la velocidad. Es difícil ejecutar el barrido con perfección.
Una vez encuadrado el objeto final, no queda tiempo para segundas ideas y cualquier corrección del encuadre arruina el efecto. La práctica es la que hará que el operador acabe realizando los barridos con la perfección necesaria.
Tilt. (panorámica vertical)
La mayor parte de las observaciones sobre las panorámicas se aplican también a las panorámicas verticales. Este tipo de movimientos, cuando se hace sobre objetos inmóviles, suele hacerse para mostrar los detalles al espectador. Éste necesita cierto tiempo para asimilar los detalles del objeto, por ello el operador debe prestar atención a la velocidad del movimiento. También será habitual la necesidad de ajustar el foco a medida que se desarrolla el movimiento.
Si la panorámica vertical se va a llevar a cabo sobre un mapa, rótulos, etc... y no hay necesidad de una panorámica horizontal al mismo tiempo, es interesante bloquear el dispositivo de éste último movimiento, para así poder concentrarnos exclusivamente en el desplazamiento vertical.
Si el movimiento se hace con un ángulo muy agudo, que impide observar el visor de la cámara según se lleva a cabo, nos colocaremos de la manera adecuada para tomar el plano final (igual que con la panorámica horizontal).
Hay que tener cuidado cuando se realiza un plano sobe un actor que inicia un movimiento. Si el actor se pone de pie, el operador debe procurar tomar el movimiento completo. Si eleva la cámara con excesiva lentitud, la cabeza del actor desaparecerá por el extremo superior de la imagen. Si además el operador reencuadra para recuperar la cabeza, el efecto será lamentable. También es pésimo el caso contrario, cuando el operador se adelanta a los movimientos. La observación detallada de los gestos del actor puede darnos la pista para el momento de iniciar el movimiento. Éste debe iniciarse en el momento en que el actor comienza a incorporarse, y no mientras se inclina hacia delante sobre la silla. La velocidad del movimiento está en función de la rapidez del movimiento del actor. Quizás sea necesario así mismo una cierta corrección del foco.
Es muy difícil realizar un movimiento de cámara con suavidad sobre un actor que desciende por unas escaleras, escalón a escalón. Con frecuencia el mejor sistema consiste en realizar el movimiento de cámara en una serie de pasos, disminuyendo la velocidad hacia el final de cada movimiento, de manera que enlace con el principio del movimiento siguiente. La cámara no se detiene en ningún momento y el margen de espacio superior permanece estable.
Si se combinan la panorámica horizontal y la vertical, se debe practicar hasta que ambos movimientos parezcan uno sólo. El efecto debe ser el de un movimiento en diagonal.
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